Creatividad, una herramienta para el éxito de las empresas y los negocios.
Un recurso infravalorado o desconocido por muchos.
La famosa afirmación de Thomas Watson, director de IBM, “Un buen diseño es un buen negocio”, resuena poderosamente en el mundo empresarial contemporáneo. En 1956, la empresa decidió innovar y contrató al diseñador industrial y arquitecto Eliot Noyes, quien modernizó todos los aspectos de la marca y convirtió a IBM en un ejemplo para las empresas modernas.
Afirma Ana Amat, periodista digital para La Vanguardia, diario español, en uno de sus artículos web“…La filosofía de IBM ha influido en muchas otras empresas e instituciones en décadas posteriores . El diseño ahora es una parte esencial para que las organizaciones expresen sus marcas y valores. Desde el primer iPhone de Apple, la experiencia del consumidor de Starbucks en la tienda, hasta los lugares de entretenimiento de Disney.
Las empresas han empleado los principios del “pensamiento del diseño” para llamar más la atención de sus consumidores. Hoy en día el diseño es una forma de pensar, un proceso creativo que abarca organizaciones enteras, y que ha pasado de la mesa de dibujo a ser el punto principal de una reunión directiva.”
El negocio del diseño.
El diseño dentro del contexto comercial se centra en la creación de valor para el cliente, combinando funcionalidad y estética buscando siempre mejorar la experiencia del usuario. Esta práctica es relevante no solo para empresas tecnológicas como IBM, sino para cualquier negocio o empresa que busque destacar en un mercado competitivo y en constante evolución.
Un proceso de diseño eficaz se basa en una comprensión profunda del problema que se pretende resolver, considerando todos los elementos que lo delimitan. Sin embargo, esta comprensión no siempre es evidente. Por ello, las empresas que buscan soluciones a problemas concretos se apoyan en el pensamiento creativo como parte esencial para obtener soluciones prácticas. Estas soluciones enfrentan una serie de limitaciones que suelen ser un estímulo para las mentes creativas, resultando en propuestas innovadoras.
Un claro ejemplo de la creatividad aplicada al mundo de los negocios es la frase atribuida a Henry Ford: “Si le hubiera preguntado a la gente qué quería, habría dicho que un caballo más rápido”. Esta cita resalta la importancia del pensamiento creativo para la visión empresarial y su innovación. Ford, como creativo y hombre de negocios, entendió que los consumidores a menudo no pueden imaginar soluciones innovadoras hasta que se les presentan. En lugar de simplemente satisfacer las demandas actuales del mercado, lo que hizo fue ofrecer una solución nueva y brillante a un problema viejo. Ford introdujo el automóvil en masa, transformando así la industria y revolucionando la forma en que las personas se desplazan.
Creatividad aplicada al diseño de espacios comerciales.
Empresas y marcas líderes en creatividad e innovación, como Apple, Starbucks, Nike y Disney, por mencionar solo algunas, han demostrado que al enfocarse en la satisfacción de sus usuarios y comprender sus necesidades, deseos y aspiraciones, pueden establecer relaciones duraderas que van más allá de un simple intercambio económico. Además de invertir constantemente en branding, marketing, tecnología y publicidad, estas marcas apuestan por el diseño innovador y diferenciador de sus espacios físicos, así como por la creación de experiencias personalizadas para sus clientes.
El diseño de espacios comerciales es aplicable a cualquier espacio que ofrezca un producto o servicio con fines de lucro, desde oficinas corporativas, clínicas, hasta tiendas de comercio minorista. El diseño de estos espacios es una herramienta estratégica fundamental que contribuye directamente al éxito y la sostenibilidad de una entidad comercial, sin importar el tamaño, el beneficio resuena a cualquier escala, valor para los clientes y rentabilidad para el negocio. La envolvente arquitectónica y los espacios interiores son el punto de encuentro físico entre una entidad y sus usuarios. Es aquí donde se establecen conexiones emocionales que moldean la percepción del público; esta percepción puede ser tanto positiva como negativa, si se descuida este aspecto, el éxito puede ser fortuito. Sin embargo, al tomar las acciones necesarias para moldear dicha percepción, se asegura un futuro encaminado al éxito.
Por lo tanto, el diseño de estos espacios debe estar cuidadosamente planificado y ejecutado para reafirmar la identidad y los valores de las marcas y empresas, comunicándolos efectivamente para proporcionar experiencias que resuenen con los usuarios. Un espacio comercial bien diseñado, además de reflejar la esencia de la marca, puede influir positivamente en el comportamiento de quienes hagan uso de él. Por ejemplo, una empresa que invierte en el diseño de sus oficinas corporativas lo hace con la intención de influir en el nivel de productividad de sus colaboradores principalmente, y en la mejora de la percepción de su compromiso a un nivel más elevado, mientras que una marca que ofrece un producto o servicio lo hace para influir positivamente en las decisiones de compra de sus clientes e igualmente en la mejora de la percepción de ellos hacia su imagen.
Desde la disposición del mobiliario hasta la iluminación y la elección de los materiales, el diseño de los ambientes generar interés y dinamismo, invitando a los usuarios explorar e interactuar de manera positiva con los espacios. Un espacio comercial efectivo, debe también eficientar y optimizar el uso del área disponible tanto para la operación, exhibición de productos o entrega de servicios. Buscando siempre la eficiencia y rentabilidad además de estética.
El norte a seguir.
Observa las cosas usuales, con ojos inusuales
El enfoque creativo implica ver las cosas desde una nueva perspectiva y encontrar formas innovadoras para ofrecer valor a las personas. En un contexto comercial donde la competencia es feroz y la saturación de propuestas, enfocadas en cumplimiento de métricas rige a muchos negocios, es crucial incorporar una visión más humana en cuanto a diseño e innovación. Innovar no solo se reduce al desarrollo de nuevas tecnologías o conceptos, sino también a encontrar formas creativas de mejorar la calidad de vida de las personas y crear relaciones de mayor impacto y significado. Esto es especialmente relevante en el sector comercial, donde la conexión emocional y la satisfacción del cliente son aspectos clave para el éxito empresarial.
Desde la mejora de productos, hasta la transformación de la percepción de una marca, o la creación de espacios más humanos y acogedores; el pensamiento creativo debe centrarse en impactar positivamente en la vida de las personas, tomando en cuenta sus necesidades funcionales, emocionales y sociales.
Al adoptar una perspectiva creativa, centrada en los usuarios, las empresas pueden construir relaciones más sólidas con sus clientes y colaboradores, aumentando así su rentabilidad a largo plazo y asegurando un futuro sostenible y rentable.
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